martes, 16 de abril de 2002

Lo invisible

"Voy con las riendas tensas, y refrenando el vuelo, porque no
es lo que importa llegar solo ni pronto sino llegar con todos y
a tiempo." (León Felipe)

Después de varios años ejerciendo un cargo público, es bueno detenerse a reflexionar sobre el papel o la función que uno realiza o debería realizar diariamente. Mi compañero Julio Anguita, contaba en algunas charlas, el mito de Prometeo para explicar cual debía ser el papel de un dirigente político de izquierdas. Prometeo, fue un héroe fic­ticio que robó el fuego a los Dioses para entregarlo a los hombres. Con la explicación simbólica de esta historia clásica lo que Anguita preten­día decir es que el dirigente político tenía que repartir, extender o dar el saber, el poder o los privilegios entre el pueblo, después de "quitár­selo" a quienes lo poseían.

La mayoría de las ocasiones, hacemos y los ciudadanos nos exi­gen lo inmediato, lo visible: arreglar una calle, un carril, un edificio, infraestructuras, equipamientos, etc..., que sin duda está bien que lo hagamos; pero deberíamos hacer algo más o exigirnos que pensemos en lo que no se ve, en lo invisible, en lo que no comprendemos ahora, y al cabo del tiempo se nos muestra perceptible e irrenunciable.

Experiencias como el debate del Plan Estratégico sobre que modelo de desarrollo elegimos de cara al futuro (2012), nos hacen ima­ginarnos el futuro y hasta que punto somos capaces y tenemos autono­mía para implantar el modelo finalmente elegido. Muchas cuestiones nos influyen en nuestro quehacer, que apena se comprenden: la revolu­ción tecnológica de las telecomunicaciones, cambios en la organiza­ción de la producción, la globalización, el consumismo, homogeniza­ción cultural, flexibilidad laboral, etc..., la manera que estos factores nos influyen a nivel local es un reto que tenemos que afrontar.

Hacer visible lo invisible, hacer posible lo imposible, es también una tarea de los cargos públicos, pero no será creible ni eficaz si no se realiza con la participación de la gente, del pueblo. Con información y canales que permitan el debate y la participación.

En definitiva, se trata de contestar a la pregunta de Bertrand Russell: ¿Como podemos combinar el grado de iniciativa individual necesario para el progreso, con el grado de cohesión social indispensa­ble para vivir?.