martes, 4 de enero de 2005

Parques eólicos en el Mar de Trafalgar

"Deja que el viento corra coronado de espumas."
(Pablo Neruda)

Desde hace algunos años existe la intención de instalar frente al Cabo de Trafalgar varios parques eólicos. Actualmente se proyecta la instalación de 500 aerogeneradores con capacidad para generar sobre 1.500 Mw. de electricidad en una superficie aproximada de más de 20 kilómetros cuadrados frente a las costas de Barbate, Vejer y Conil.

De la misma manera, los ayuntamientos de estos municipios, por unanimidad de sus representantes, y las cofradías de pescadores de Conil y Barbate se han pronunciado en contra de la instalación de este gran Parque Eólico frente a sus costas. ¿Por qué? Las razones son múl­tiples. En resumen: la afección a la zona de pesca o caladeros tradicio­nales de los pescadores artesanales de Conil y Barbate, así como al calado de las almadrabas en el paso de los atunes hacia el Mediterráneo; la carencia de estudios serios y no interesados de impac­to ambiental -hay que tener en cuenta que se trata de una experiencia piloto en España- que nos indique las repercusiones que causaría en la pesca el entramado de cables submarinos para transportar la energía, ya que podrían provocarse consecuencias imprevisibles para las especies y la fauna marina y finalmente, la afección al paisaje y al ecosistema natural, son otras de las razones para el rechazo.

En la comarca de la Janda se ordenaron y planificaron los par­ques eólicos mediante un Plan Especial de Ordenación, a petición de los ayuntamientos y colectivos sociales, que veían cómo las empresas eléctricas competían entre ellas, arrendando terrenos agrícolas y que­riendo ubicarse en cualquier zona de los términos municipales. A tra­vés del plan se planificó y zonificó, en función de unas limitaciones al aprovechamiento del potencial eólico: limitaciones de compatibilidad con el medio físico, con la vegetación, con la fauna, con la población y con las actividades económicas. En función de lo anterior, se crearon unas zonas de exclusión, zonas sin condicionantes específicos y zonas de compatibilidad condicionada, con un potencial bruto instalable de 660 Mw.

¿Por qué no se puede planificar en tierra y mar de Andalucía un mapa eólico que tenga en cuenta los factores anteriores? En el asunto de la energía, como en tantos otros, desgraciadamente, las que planifi­can son las grandes empresas, de acuerdo con sus intereses.

Nuestra provincia ya tiene la servidumbre del desempleo, de zonas militares y energéticas. Cádiz produjo en el año 2001 una ener­gía de 4.547.900 Mw./hora y consumió 3.789.300 MW./Hora, lo que significa que exportamos energía y sin embargo, se siguen poniendo en marcha y proyectando centrales térmicas en la provincia, con los pro­blemas medioambientales que conllevan.

Estamos a favor de la energía eólica, pero no en cualquier lugar ni a cualquier precio, y si esto supone acabar con la pesca artesanal y las almadrabas, nuestra oposición es frontal.

Este año se conmemora el bicentenario de la Batalla de Trafalgar, donde la Armada Española y la francesa fueron derrotadas por la inglesa. Ahora se librará una batalla entre los pescadores y los ciudadanos de Conil, Vejer y Barbate frente a las empresas multinacio­nales de la energía. El resultado dependerá de la voluntad de todos.