domingo, 12 de octubre de 2003

La ciudad difusa

"Cuando era joven quería vivir en una ciudad grande
cuando perdí la juventud quería vivir en una ciudad
pequeña. Ahora quiero vivir." (Ángel González. Poeta)


Posiblemente, una de las preocupaciones principales de los res­ponsables políticos municipales, sea la ordenación y planificación del territorio, de la ciudad. Para ello se realizan Planes Generales de Ordenación Urbana, Leyes del suelo, reglamentos, etc..

Pensar la ciudad del futuro, debe ser la preocupación, donde van las zonas verdes, los equipamientos, las viviendas, las infraestructuras, regular el mercado de suelo para hacer asequible a cualquier ciudada­no el acceso a una vivienda, el suelo urbano, urbanizable y no urbani­zables, suelos protegidos, etc. Pero, a veces ocurre, en muchos pueblos y ciudades de España, de Andalucía, incluida nuestra ciudad, Conil, que la realidad distorsiona la ordenación del territorio. Son muchas las viviendas que se construyen en suelo no urbanizable de manera ilegal, que están hipotecando el futuro desarrollo de nuestro pueblo. Son varias las causas, por las que históricamente, se han construido vivien­das en el campo. Donde la propiedad de la tierra esta fragmentada, divi­dida en pequeños propietarios, fundamentalmente ligados a la agricul­tura, tradicionalmente se han construido las viviendas para vivir, en incluso, por el elevado precio del suelo urbano y su escasez. Pero, ya no es así, se abusa, se construyen segundas residencias y grandes casas para el más puro negocio. Estas pueden ser algunas de las causas pero las consecuencias son nefastas: perdida de suelo agrícola, contamina­ción y agotamiento del acuífero, caminos estrechos y mal diseñados, más costosos servicios, densidad de la movilidad a través de vehículos, no ingresos en la Hacienda Municipal y sí exigencia al Ayuntamiento de servicios, etc.


En Enero del 2003 se aprueba el texto refundido de nuestro Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que va a suponer el desarro­llo de amplías zonas de viviendas, hoteles etc. y a la vez la empresa pública ROSAM va a construir un número considerable de viviendas para aquellas personas necesitadas que no puedan acceder a ellas por el elevado precio del mercado. A la misma vez, la nueva Ley del suelo de Andalucía entró en vigor en enero de este mismo año, esta Ley endu­rece sus artículos contra las construcciones ilegales.

Ya no hay razones ni excusas para que se siga destruyendo el diseminado, con construcciones ilegales, segundas y terceras vivien­das. Ya no podemos asistir con silencio cómplice a esta situación inso­portable e insostenible.

No podemos construir una ciudad difusa, sin límites en el terri­torio, que consuma suelo permanentemente, costosa y con mala calidad de vida. Hagamos de Conil, una ciudad compacta, equilibrada y soste­nible.