miércoles, 15 de marzo de 2006

Radios municipales y libertad de expresión

Hace poco, fui invitado por mis compañeros de IU de la Línea, para pronunciar una charla o contar la experiencia de gobierno de Conil. Antes de intervenir en la Casa de la Cultura linense participé en una rueda de prensa. Tanto en la conferencia como ante los medios de comunicación, una de las preguntas fue sobre el funcionamiento de la radio municipal en Conil. Esta insistencia responde a la preocupación que existe sobre la utilización partidista de un medio de comunicación público.

Lo que relaté es que la radio municipal de Conil, llamada Radio Juventud, es un Patronato Municipal, con un Concejo de Administración formado por el alcalde, un representante de cada grupo político, dos representantes de Asociaciones de Vecinos y de entidades culturales o sociales y el director de la radio, que a su vez es elegido por el Pleno del Ayuntamiento por mayoría absoluta. Con esta composición, el equipo de Gobierno con mayoría absoluta está en minoría en el Consejo.

Por otro lado, expliqué que todos los grupos políticos municipales tienen el mismo espacio y el mismo tiempo durante la semana, independientemente del número de votos de las últimas elecciones municipales y del número de concejales; tiene el mismo tiempo el grupo de un concejal que el que tiene nueve. Ni que decir tiene que a la radio municipal tiene acceso cualquier asociación o particular que así lo desea para informar o criticar al equipo de Gobierno. Por último, me preguntaron por el modesto sueldo de los empleados de la radio, incluido el director.

Al parecer, esto no gustó al equipo de Gobierno de la Línea ni a algunos de sus más fieles y agraciados seguidores. Un informador de la radio municipal linense, cuyo nombre no merece la pena mencionar, comienza una campaña de mentiras e intoxicación sobre mí y sobre Conil, comparándolo con Cuba y la Unión Soviética, entre otras cosas. La verdad es que ofende quien puede, pero no quien quiere.

Todo esto tiene que hacernos reflexionar sobre las radios municipales y la libertad de expresión. Son muchos los ayuntamientos que tienen la radio al servicio del partido gobernante no dando espacio y tiempo de libre expresión a la oposición, no respetando la pluralidad. La queja es permanente en concejales de oposición de muchos municipios. Al mismo tiempo, en demasiadas ocasiones en las informaciones no se distinguen claramente éstas de las opiniones.

Evidentemente, los modelos a imitar por las radios municipales son decepcionantes. Los medios de comunicación públicos de titularidad autonómica o del Estado dejan mucho que desear en cuanto a servicio público y a pluralidad. Tanto PSOE como PP utilizan los medios de comunicación que controlan a su servicio e intereses políticos.

El concepto de información ha ido cambiando con el tiempo, por eso me permito reproducir, para terminar, la siguiente reflexión de Ignacio Ramonet: «Lo que da valor a una información es la cantidad de personas susceptible de interesarse por ellas, pero ese factor no tiene que ver nada con la verdad. El valor de una información depende también de la rapidez con que se difunda. Estamos en un sistema en el que se va abriendo camino la idea de que hay valores importantes(instantaneidad, masificación) y valores menos importantes, es decir, menos rentables (los criterios de verdad). La información se ha convertido, sobre todo, en una mercancía. Ya no tiene función cívica». Una mercancía política o económica, según el medio sea público o privado.