miércoles, 8 de febrero de 2006

La Zorrera de los pobres

En numerosas ocasiones, sobre todo cuando la duda embarga el pensamiento, lo más acertado es escribir sobre lo que se conoce. Por eso, para tratar el asunto del suelo y la vivienda, voy a explicar la experiencia de Conil; siguiendo el ciclo natural de cualquier pensamiento racional –de lo concreto a lo abstracto–, o el de la actuación política contemporánea –pensar globalmente, actuar localmente–.

El Ayuntamiento de Conil ha urbanizado unos terrenos para la construcción de viviendas de promoción pública. A través de la empresa pública ROSAM (Roche Sociedad Anónima Municipal), el Ayuntamiento adquirió esta finca para solucionar el problema del encarecimiento del suelo y de la vivienda. Estos terrenos se les conoce por el nombre de la Zorrera de los pobres. Indudablente, la historia de la tenencia y propiedad de estos terrenos es curiosa. Resumidamente,a principios del siglo XIX, con la entrada en vigor de las leyes promulgadas por las Cortes de Cádiz se abolieron privilegios, se suprimieron mayorazgos... En 1822, hubo repartos de tierras en Conil entre los braceros pobres sin tierras, afectando dichos repartos a la zorrera, pero en 1830 el Gobierno absoluto despojó de las tierras a los jornaleros y braceros y esta finca fue conferida a censo a favor de la clase pudiente y adalid del régimen absoluto en Conil.

Esta injusticia quedaría grabada en el inconsciente colectivo de los campesinos pobres en todo el siglo XIX, así en 1840 la mayor parte de la población se presentó frente a las Casas Capitulares reclamando las tierras de la Zorrera y otras. Ante la agitación, de nuevo fueron repartidas, quedando sin efecto dicho reparto dos meses después,por orden de la Diputación,para dar de nuevo posesión de la Zorrera a doña Maria Lobatón.Para conseguir que esto último se llevara a efecto fue necesario que«se presentara en la villa una fuerza de caballería del Regimiento de Extremadura, tercio ligero, compuesta por 48 hombres», no sin la protesta del Ayuntamiento, por estimar, con el pueblo entero, que las tierras de Zorreras y Labrados no eran poseídas legítimamente por la señora Lobatón. Más tarde, en 1855, fueron estas tierras ocupadas por jornaleros que terminaron siendo desalojados por la Guardia Civil. La lucha por el reparto de tierras fue una constante a lo largo de este siglo y del XX, desalojando en los años 50 a unos colonos de la Zorrera de la misma manera que un siglo antes.

Hoy en día, el problema en Conil, no es el reparto de tierras para la agricultura, sino el de conseguir suelo para viviendas para los más necesitados. El Ayuntamiento, consciente del problema del elevado precio de la vivienda, puso en funcionamiento una empresa pública (100%) de suelo y vivienda, porque entendemos que desde lo público debemos intervenir en el mercado de suelo y en la construcción de viviendas de protección oficial.

Hoy la Zorrera de los pobres es un 80% propiedad municipal para la construcción de viviendas de personas necesitadas, una residencia de mayores, zonas verdes y otros equipamientos. Así es la vida. Han pasado muchos años para que desde las políticas de izquierda hayamos recuperado y conseguido más patrimonio, así como conseguido la reparación de las injusticias históricas.