(José Martí)
De los acuerdos más importantes que pueda adoptar una Corporación Municipal, es el Presupuesto Anual. En él necesariamente, se recogen las intenciones políticas de la mayoría de la Corporación plasmadas en euros para la ejecución de obras de inversión, de funcionamiento y mejora de los Servicios, Patronatos y Empresas Municipales, etc. En definitiva, se recogen en el Presupuesto los ingresos y gastos que se presuponen van a existir durante el año.
Hace poco hemos aprobado el Presupuesto Municipal para este año, el primero de esta legislatura que supone un aumento considerable en partidas de gastos destinadas a Inversiones necesarias, a Vivienda, e Infraestructuras, a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, etc.
Más que hablar del presupuesto en sí, quisiera comentar algún aspecto relacionado con él. Las necesidades y problemas de una ciudad tienen que tener reflejo en las diferentes partidas presupuestarias, pero a veces, no ocurre así, porque las inversiones totales o parcialmente las realizan otras administraciones, por lo que se subvenciona al Ayuntamiento o realiza la obra o servicio directamente esa otra administración.
En algunas ocasiones, estas actuaciones de otras administraciones se quiere instrumentalizar políticamente, por los adeptos de los partidos gobernantes en Diputación, en la Junta de Andalucía o en la Administración Central, dando a entender que el dinero es "suyo" y se les tiene que estar agradecidos de por vida por estas actuaciones.
A esta cuestión hay que hacerle las siguientes matizaciones:
Si se invierte en un municipio es porque existe una necesidad y legalmente se tiene la obligación de hacerlo porque es competencia de esa administración o porque se esta obligado a colaborar con los municipios menores de 20.000 habitantes. Por otro lado, el dinero no es de ningún partido o administración, sino de todos los ciudadanos y se administra por los organismos competentes. Por lo tanto, nadie puede hacer uso partidista del dinero público.
Hoy en día, los Ayuntamientos no tenemos ni debemos mendigar subvenciones o actuaciones a otras administraciones, sino exigir, solicitar pedir en función de las necesidades, problemas y competencias de cada uno. Así como tener una visión clara de futuro, planificar las actuaciones, preparar proyectos con antelación y gestionar los derechos que le corresponden, buscando la cooperación con el resto de las administraciones, como bien recoge nuestra constitución y cualquier principio democrático.
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